jueves, 1 de diciembre de 2016

María de Zayas


En una España imperial previa al mundo barroco del siglo de Oro; en una España que, como en el resto del mundo, las mujeres seguían estando recluidas en un universo muy restringido, nació María de Zayas. Fue algo más que una novelista excelente. Con un atrevido feminismo para su tiempo, se atrevió a alzar la voz a favor de la inteligencia femenina.
Escritora prolífica, María de Zayas Sotomayor solamente la podemos conocer por sus textos. Poco o nada se sabe de su vida privada. Solamente que nació el 12 de septiembre de 1590 y que era hija de Fernando de Zayas y Sotomayor y María de Barasa. Su padre, capitán de infantería, se había trasladado con su familia a Nápoles siguiendo al conde de Lemos a quien servía como caballero. A lo largo de su vida viajó por diversas ciudades españolas pero desconocemos si se casó y mucho menos si tuvo hijos.
Autora de novelas amorosas (Novelas amorosas y ejemplares o Decamerón Español y Desengaños) siguiendo la influencia directa de Cervantes o Bocaccio, María de Zayas llenó sus textos de historias atrevidas sobre mujeres que cuestionaban conceptos tan machistas como la honra.
Junto con Sor Juana  Inés de la Cruz, María de Zayas se puede considerar como una de las primeras feministas de la historia de España. María de Zayas se atrevió a defender la dignidad femenina asegurando que el alma no era ni hombre ni mujer. Fue incluso más allá y afirmó con contundencia que las mujeres no eran cultas no por falta de capacidades intelectuales sino por falta de oportunidades.
Si les dan libros y profesores en lugar de tela, bastidores y almohadones, [las mujeres] estarían tan capacitadas como los hombres para ocupar puestos de gobierno y cátedras universitarias y quizás incluso más.
Olvidada durante muchos años, ya en el siglo XIX, otra escritora, Emilia Pardo Bazán, reivindicó la obra y las ideas de María de Zayas, una mujer adelantada a las ideas de su tiempo.
María de Zayas muestra al lector barroco un tipo de mujer emancipada que poco tiene en común con el que se propugna desde el humanismo. La libertad de acción, el componente erótico explícito y la impunidad de las mismas ante el adulterio o el asesinato que cometen, podrían considerarse como una transgresión en la jerarquía tradicional entre esposo y esposa, y en general en el patriarcado que marca su época.
La voz de María de Zayas se alza en la sociedad del siglo XVII donde la mujer estaba destinada a casarse, a obedecer y honrar a su marido, y donde leer o escribir no solo eran tareas secundarias sino que a veces se consideraban un peligro.
La autora combate las posturas misóginas que aumentaron con la Contrarreforma en una sociedad patriarcal en la que la valoración de la mujer se cifra en la conservación de la virginidad y el cumplimiento de sus deberes como esposa.
En las Novelas amorosas y ejemplares las protagonistas son mucho más activas y luchan con determinación para recuperar su honor y el amor. Para conseguir mayor libertad de acción no dudan en disfrazarse, pues desde su papel de hombre pueden llegar a vivir múltiples aventuras y penalidades.


En este ambiente de libertad en que se mueven los personajes femeninos, Zayas no duda en mostrar una sexualidad explícita. La originalidad de Zayas se encuentra en mostrar el erotismo femenino.
Por otra parte, las protagonistas de las Novelas manifiestan sus inquietudes y deseos, algo que está excluido en la novela tradicional.
En efecto, el “marco” que ofrecen las Novelas al estar alejado de la realidad política y social de la España del momento permite esas licencias a sus protagonistas. Recordemos que en el siglo XVII la Contrarreforma y determinados sectores políticos y socioeconómicos son responsables de someter a la mujer a la figura del hombre. El papel de las mujeres queda relegado a un plano doméstico y esto conlleva la anulación cultural.
Estas protagonistas destacan por sus actuaciones autónomas, la libre expresión  de sus deseos y ciertos comportamientos varoniles. Sin embargo, en lugar de quedar ensombrecidas por los adulterios o vicisitudes amorosas salen engrandecidas por su capacidad de determinación y la restauración del honor por sí mismas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario