sábado, 3 de diciembre de 2016

Isabel la Católica, Reina de Castilla


¿Quién es Isabel I la Católica? Isabel nació en el año 1451 en Castilla. Su madre, Isabel de Portugal, se encontraba en el Madrigal de las Altas Torres donde dio a luz a su primer vástago. Este sería el segundo hijo del rey y padre de Isabel, Juan II de Castilla, ya que este tenía otro hijo, Enrique, el cual sería rey tres años después de esto. La princesa no estaba destinada a ser reina. Dos años después nacería en Tordesillas su hermano Alfonso.


Tras haberse quedado viuda su madre, ellas junto a su hermano Alfonso, nacido dos años después de ella, se trasladaron al castillo de Arévalo con unos bienes que prácticamente no tenían que ver con su posición. En el año 1461, junto a su hermano, se trasladó a Segovia. Fue un año más tarde, cuando  Enrique, el primer hijo de su padre, tuvo a su primer hija Juana.


La dudosa paternidad de Enrique como padre de Juana pusieron en peligro su corona. Alfonso, utilizado por los enemigos de su hermanastro, fue proclamado rey en “la farsa de Ávila” en el año 1465. Tres años después moriría, probablemente envenenado.

Tras este intento fallido, las miradas fueron hacia Isabel, la cual nunca aceptó ser reina mientras su hermano estuviera vivo. A pesar de esto, si que aceptó ser nombrada Princesa de Asturias en el año 1468. Esto daba a pasar a la relegación de Juana como hija legítima de Enrique dando razón así a los que dudaban de su paternidad. Aún así, Isabel tuvo que aceptar una decisión importante, sólo podría casarse previo consentimiento del rey, su hermano.


De esta manera, en 1469 firmó las capitulaciones matrimoniales  con una supuesta bula papal con su primo Fernando, hijo de Juan II de Aragón. Todo esto se hizo con desconocimiento del rey. Mientras Isabel escapaba a la estricta vigilancia de Juan Pacheco, Fernando viajaba hacia tierras castellanas disfrazado de mozo de mula de un grupo de comerciantes. El 19 de octubre de 1469 Isabel y Fernando se casaban en Valladolid.



Fernando e Isabel formaban una pareja excepcional y cada uno reinaría en su territorio y ambos se complementarían en el gobierno de sus reinos. Además, su casamiento supondría en el futuro una unión de facto de dos coronas peninsulares y abrían el camino para una futura unión de toda la Península en manos de su bisnieto Felipe II.


Enrique IV, tras enterarse, no aceptó la unión e intentó disolverla aduciendo que no existía ninguna bula papal que la bendijera. Pero el Papa Sixto IV hizo pública una bula que alejaba toda duda sobre su legalidad. El rey ofendido decidió entonces volver a nombrar a su hija Juana heredera de Castilla y casarla con el rey portugués Alfonso V.


El 11 de diciembre de 1474 moría Enrique IV, quien pasaría a la historia con el triste apodo de “El impotente”. Tan sólo dos días después, y defendiendo su derecho al trono, Isabel salió decidida del Alcázar de Segovia en dirección a la Iglesia de San Miguel y se proclamaba a sí misma reina de Castilla.


Isabel gobernó de manera estricta su nuevo reino. Alejó a los nobles del poder, mejoró la administración del reino, saneó sus finanzas e hizo mejorar la seguridad de sus súbditos con la creación de la Santa Hermandad. Quiso transmitir su profunda fe a su reino. El Papa Alejandro VI le otorgó a ella y a su marido el título de Reyes Católicos mediante la bula Si convenit en diciembre de 1496. Una fe que la llevó a instaurar el Tribunal de la Santa Inquisición primero en Castilla y más tarde en Aragón, a firmar el decreto de expulsión de los judíos y terminar la reconquista iniciada siete siglos atrás con la toma de Granada. 




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