¿Quién es Margarita de la Cruz? Este
nombre de religión fue adoptado por la archiduquesa Margarita de Austria nacida
en 1567, hija menor del emperador Maximiliano II y de la
emperatriz María de Austria. Perteneciente a la casa de los
Habsburgo, fue instruida desde muy joven en el catolicismo siendo ésta una de
las razones por las que tomó el velo monástico a la edad de diecisiete años.
Margarita de la Cruz, Monasterio de las Descalzas Reales
Acompañaba a su madre cuando regresaba a España,
su tierra natal y se establecieron en el Monasterio de las Descalzas Reales
fundado por Juana de Austria. En los monasterios en los siglos XVII y XVII se
encontraban grupos muy heterogéneos y las monjas del convento convivían con mujeres
seglares. Algunas de éstas, como es el caso de María de Austria, eran
viudas que decidían instalarse en estos lugares, porque en ellos encontraban un
refugio tras la pérdida de su papel en la sociedad.
También estaban las doncellas, niñas
o jóvenes que eran encomendadas a las monjas para recibir una educación general
y vivían internas en los conventos. Tenían una vida separada a la de las
religiosas tanto en sus actividades como en su lugar de residencia. Sin
embargo, de igual modo asistían a misa y a otros actos de culto en un lugar de
la iglesia diferente al coro de las monjas. Por otro lado estaban las niñas,
parientas de las monjas, que vivían en sus mismas celdas y eran cuidadas por
ellas. Finalmente estaban los huéspedes que por diferentes
situaciones se refugiaban en el convento y eran admitidos principalmente por
razones económicas.
María de Austria, Convento de las Descalzas Reales
María y Margarita fueron acogidas en el
convento, María no tomará los hábitos pero acepta y adopta como propio el
régimen de la comunidad. Margarita, a pesar de ser requerida por su tío Felipe
II como su quinta esposa decidió abrazar la vida religiosa. Muchas de las
mujeres que llegaban al convento se hacían monjas, teóricamente las niñas, las
doncellas así como las hijas de las familias reales eran educadas en la vida
religiosa y debían decidir libremente si querían seguir el camino religioso o
no. Pero que la decisión se tomase “libremente” queda en entredicho ya que la
mayoría de las veces estaban obligadas a hacerlo. Si bien es cierto que el
Concilio de Trento acordó que nadie pudiera profesar como religioso antes de
los dieciséis años, estaba permitido persuadir o aconsejar a estas niñas a que
tomaran los hábitos.
La infanta Margarita comenzó su vida como monja
a los diecisiete años, adoptando el nombre de Margarita de la Cruz. Lo
hizo por voluntad propia tomando el camino de la religión, pero no todas las
monjas profesaban la religión voluntaria y conscientemente. Había mujeres muy
diferentes que habían llegado al convento por distintos motivos. Algunas, como
es el caso de Margarita de la Cruz, elegían la vida conventual libremente.
Otras, eran obligadas por sus familias ya que se trataba de una salida de vida
sobre todo en lo que al aspecto económico se refiere. En las familias de alta,
mediana y péquela aristocracia, muchos padres no podía permitirse pagar las
dotes matrimoniales de todas sus hijas para casarlas dentro de los linajes, y
ya que en esta época no se concebía que una mujer estuviese soltera, la metían
en los conventos para mantener su prestigio social. A veces, incluso las
propias mujeres sin ser obligadas por su familias o debido a penurias
económicas decidían profesar en el convento para adquirir una posición social
mayor a la de soltera.
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